23 feb 2013

Mi casa tiene paredes

Mi casa tiene paredes
cuatro paredes de hueso,
que crujen bajo el cansino
peso mudo del cemento.


La pared que mira al norte,
por donde entran sol y cielo,
está siempre clausurada
cada día funde a negro
apresando mis palabras
en un angustioso encierro
que disfruta provocando
cardenales en mis versos.

Mi casa tiene paredes,
cuatro muros de silencio,
soy extraño y poderoso
entre mis muros pequeños.


La pared que da al oeste
donde dan todos los sueños
se agrietó de madrugada
y aplastó todos mis besos.
Me dejó las manos llenas
de sollozos imperfectos
por los nombres en el muro
de aptitudes que no tengo.

mi casa tiene paredes,
cuatro paredes de hielo
yo me siento triste y solo
entre mis muros eternos.


La pared que pega al sur,
donde chocan los inviernos
amanece cada día
entre escombros y desechos.
yo despierto entre humaredas,
afligido y ceniciento,
explorando entre las ruinas
destrozadas de mi cuerpo.

Mi casa tiene paredes
cuatro muros de aire y fuego
y yo soy cobarde y débil
entre mis muros etéreos.


La pared que daba al este,
donde nace el día nuevo
ha cerrado la salida,
y yo me he quedado dentro.
Falta el aire y el sonido
en el fondo de mi pecho,
junto a mí ya sólo queda
el cadáver gris del tiempo.

Mi casa tiene paredes
cuatro paredes y techo.
cuatro paredes de cárcel
y un techo de cementerio.

5 feb 2013

Como un ángel

Para ella,
porque es la única capaz de aguantarme siete meses



Dormida es como un ángel que me guía,
profeta y dueña de esta noche en celo,
arcángel del calor de un ancho cielo
que dicen mis demonios, no existía.

Se mueve entre la luz del nuevo día
y el eco de mi voz levanta el vuelo
se enreda entre la noche de su pelo,
y rompe el hielo de esta noche fría.

Dormida es como un ángel inclemente,
y yo soy un demonio que despierta
robando esos instantes que son suyos.

Dormida es como un ángel inocente
que espera un beso para abrir la puerta
al hombre que la observa entre arrullos.

1 feb 2013

Te echo de menos

Se cierra la noche y yo siento
que se me congelan pas palabras
y que hay fauces abiertas
emboscadas en cada rincón de la madrugada.

Se pierden, lentamente, los susurros,
y falta una piel para estas manos,
y faltan dos labios para estos labios,
y falta un calor para este frío.

Nada existe en mí que no tenga tu marca
y cada centímetro cuadrado rememora
que otro centímetro cuadrado lo abrazaba.

La ausencia es como el hielo:
blanca y fría;
triste y blanca.

La noche es demasiado larga,
de horizonte a horizonte,
para este corazón que añora
y este reloj sin manecillas.

El hueco junto al hueco de mi cuerpo
se va llenando de suspiros y canciones
que suenan vacías en tu ausencia,
frías y vacías.

La ausencia es como el hielo:
blanca y fría;
sola y blanca.