24 oct 2009

Un último tiki-taka

Décimas a la muerte de una de las perlas del entretenimiento deportivo en España.
Hasta siempre, Andrés Montes.


Tiki-taka en las alturas,
el jugón del diccionario
se llevó su comentario
a otras canchas más oscuras.
Nos dejó sin sus locuras
y llorando su partida,
no hay más prórroga en la vida.
Cogió el árbitro su pito,
se acabó el “jogo bonito”,
comenzó la despedida.

En el micro sigue vivo
su fragor, casi canción,
es la nana del balón
del humor televisivo.
Que en el cielo deportivo
cantes mil colas de vaca
mientras el mejor ataca
entre los dos horizontes.
Hasta siempre, Andrés Montes,
tiki-taka, tiki-taka.

10 oct 2009

Perro callejero

Cuatro patas agotadas
de pulgas y cristales rotos
aúllan en la última noche
un latigazo miserable de hambre y de dolor.

La luna se olvidó de sus ojos
y el hielo del alba se abrazó a su piel
borrando conquemaduras de cigarro
las últimas caricias de detrás de las orejas.
¡Qué triste mirada perdida
a sólo un metro desnudo del suelo!

La ciudad gruñe, ronca y ladra,
sin mostrar el camino de vuelta.
La ciudad es un perro de presa
que muerde,
y desgarra,
y lastima,
con cientos de dientes macabros.
Dientes de espina de rosa
y colmillos de sangre reseca.

Cae la noche y su peso le vence
hasta tirarlo sobre el asfalto que se desviste
de colores para él invisibles.
Su vida es una escala de grises,
no sabe de azules celestes
ni de verdes corales,
ni sabe el color de las luces
que se dirigen a él.